Resumen del artículo publicado en el nº375 de la NCP
Cada vez son más las empresas que apuestan por aprovechar las oportunidades de negocio que brinda la sostenibilidad
La sostenibilidad en la cosmética
El cambio climático, la legislación ambiental y la creciente concienciación entorno la sostenibilidad van a cambiar el sector de la cosmética en los próximos años. El futuro del sector depende de cómo las empresas sean capaces de adaptarse a estos retos y esto supone un gran reto para el sector, teniendo en cuenta que vivimos en un mundo con recursos limitados, ecosistemas estresados y sin el abastecimiento de materias primas asegurado. En este sentido, la Unión Europea ya se ha posicionado y ha definido la economía circular como la mejor estrategia para asegurar el desarrollo económico, publicando este mismo año el New Circular Economy Action Plan. El Plan establece un programa concreto y ambicioso, con medidas que abarcan todo el ciclo, desde la producción y el consumo, hasta la gestión de residuos y el mercado de materias primas secundarias. Este camino no es fácil, requiere colaboración, creatividad e innovación para repensar el sistema lineal actual de extraer–consumir- tirar: optimizar la gestión de recursos, incorporar materias primas reutilizadas y recicladas, modificar el sistema de producción o la gestión de residuos son sólo algunos ejemplos.
La sostenibilidad en 10 pasos
Para que una empresa empiece a desarrollar productos más sostenibles no es necesario invertir una gran cantidad de dinero o realizar grandes cambios en las instalaciones, es preferible diseñar un plan de sostenibilidad simple, efectivo y con objetivos alcanzables que genere beneficios a corto/medio plazo e incentive a continuar este camino.
Para ello es necesario adoptar una visión de ciclo de vida del producto, desde el diseño, el abastecimiento, la producción, el envasado, la distribución, el consumo y el fin de vida del producto. Con esta visión de ciclo de vida (Fig.1), más amplia que la focalizada en la producción o el mercado, se vislumbrarán muchas más oportunidades de innovación, optimización, reutilización y reciclaje, que pueden ser una oportunidad para reducir costes económicos y ambientales, y diferenciarse delante del consumidor como una empresa con una cultura de innovación basada en la sostenibilidad.
A continuación se describe una metodología, basada en 10 pasos, que permite integrar la sostenibilidad de manera efectiva:
1. Entender por qué la sostenibilidad es positiva y necesaria para el negocio
2. Formar un pequeño equipo de personas que lideren el cambio
3. Conocer nuestros puntos fuertes y débiles en sostenibilidad, y los de la competencia
4. Conocer las tendencias de mercado y legislativas en sostenibilidad y economía circular
5. Identificar los impactos más relevantes de nuestros productos o servicios
6. Priorizar las áreas en las que se puede actuar y ecoinnovar
7. Definir un plan de acción con las acciones que se llevarán a cabo
8. Diseñar las métricas e indicadores que nos den información del progreso
9. Revisar la estrategia y reajustarla si es necesario
10. Transparencia con los grupos de interés: comunicar y explicar a nuestros grupos de interés los resultados tangibles alcanzados
El primer punto es clave para el éxito de cualquier plan de sostenibilidad: la dirección debe visualizar los beneficios de incorporar la sostenibilidad y estar motivada para realizar cambios. En segundo lugar, se recomienda designar una o varias personas que puedan dedicar parte de su tiempo a gestionar la transición. Para ellos, el primer paso será conocer cuáles son las fortalezas y debilidades de la empresa desde la perspectiva de la sostenibilidad, así como conocer las tendencias del sector: qué está haciendo la competencia y qué normativas les pueden afectar. A partir de aquí, se deberán identificar los principales impactos ambientales que genera la empresa.
En el sector de la cosmética, a diferencia de otros sectores, los impactos acostumbran a estar difundidos a lo largo de la cadena de valor y pueden variar significativamente de una empresa a otra en función del volumen de productos que se fabriquen, los proveedores, la optimización de sus instalaciones… cada empresa debe encontrar aquellos aspectos más relevantes en su propia cadena de valor.
Fig.1: Análisis de los principales impactos
Es imposible abordar todos los impactos, así que cada empresa debe identificar aquellos factores clave de su cadena de valor y centrarse en aquellas acciones que permitan reducir los impactos negativos e incrementar los positivos, priorizando los más estratégicos y que permitan un ahorro de costes, fomenten la ecoinnovación o reduzcan el riesgo de incidencias legales.
Una vez identificados los principales impactos y definidas las acciones que se realizarán para abordarlos, es necesario medir los avances: solo lo que se mide se puede gestionar. Esto puede suponer un verdadero desafío debido a la gran cantidad de indicadores disponibles, por lo tanto hay que seleccionar aquellos más robustos y que nos aporten información relevante.
Sean cuales sean los indicadores elegidos, se aconseja evaluar los progresos regularmente. No es necesario generar grandes informes, es preferible monitorizar pocos indicadores pero que den información relevante para la toma de decisiones y para el avance efectivo hacia un modelo de producción y consumo sostenible.
Conclusiones
Nos encontramos en un momento de transición en el sector de la cosmética; podemos hablar que venimos de un período de voluntariedad y que ya estamos a las puertas de la obligación, ya sea por la nueva normativa, el cambio de concienciación de los consumidores o la entrada de nuevos competidores. En el sector de la cosmética, la transparencia y el rigor serán claves para ser empresas competitivas, porqué acciones de comunicación o marketing que no sean rigurosas serán penalizadas por un consumidor mucho más informado, crítico y con mucho más acceso a la información de lo que nunca se ha visto.