La piel es un órgano complejo en el que interactúan diferentes tipos de células, entre ellas destacan las células cutáneas, inmunitarias y neuronales. Las neuronas que influyen en la piel se clasifican en motoneuronas, las que inervan los músculos, y neuronas sensoriales periféricas, las que responden a diferentes tipos de estímulos tanto externos (tacto, polución, temperatura, rayos UV) como internos (estrés, cambios hormonales, cansancio). En respuesta a la activación de las neuronas sensoriales, se produce la sensación de picor, frío o calor, irritación e incluso dolor. Por lo tanto, para una mejor comprensión del funcionamiento de la piel es necesario incluir modelos de ensayo que integren el componente sensorial. De este modo, los estudios se aproximarán más a las condiciones fisiológicas normales o alteradas que puede presentar la piel.
Conocer la actividad de las neuronas nos permite, por ejemplo, diseñar moléculas que modulen su respuesta. Estas moléculas se conocen como neurocosmecéuticos. Entre otros usos, los neurocosméticos permiten atenuar la sensación de picor, reducir la sudoración excesiva, o provocar una sensación cálida o de frescor a través de la acción sobre las neuronas sensoriales. Del mismo modo, los neurocosmecéuticos, mediante su actividad sobre las terminaciones de estas neuronas, pueden reducir la inflamación neurogénica a nivel epidérmico y calmar los síntomas de las pieles sensibles y otras condiciones que cursan con inflamación cutánea.
Hoy en día, existen neurocosméticos disponibles en el mercado que se centran en reducir la aparición de arrugas actuando sobre las motoneuronas de la piel y bloqueando la contracción muscular. Sin embargo, una visión más amplia del uso de las neuronas como dianas cosméticas abre un abanico de posibilidades en el diseño de nuevos neurocosmecéutico. Como por ejemplo, en condiciones especiales de la piel como pieles con tendencia atópica y pieles sensibles. El estudio de la implicación de las neuronas sensoriales en la generación y mantenimiento del picor crónico, o prurito, y la búsqueda de activos que bloqueen esta acción, suponen un valor añadido en el cuidado de las pieles sensibles.
En definitiva, el estudio de las neuronas en la búsqueda de nuevos ingredientes activos y el desarrollo de cosméticos dirigidos a neuronas, constituyen un avance innovador en cosmética. Estudiar la piel desde un enfoque global, incluyendo el sistema nervioso, nos confiere una visión más real de su fisiología, poniendo el componente sensorial al cuidado de la piel.
María José López, PhD
Marketing & Business Development en Antalgenics
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