Beneficios de los productos solares frente a sus posibles riesgos para la salud y el medio ambiente
Los fotoprotectores son fundamentales para la protección frente al envejecimiento o para reducir el riesgo de enfermedades como el cáncer de piel. Sin embargo, el riesgo y la seguridad de los productos solares es, cada vez más, un motivo de preocupación.
A pesar del esfuerzo por mejorar la calidad de los fotoprotectores, han ido surgiendo preguntas sobre la situación legal de filtros UVB, como el Ethylhexyl methoxycinamate y octocrylene. Investigaciones realizadas han puesto de relieve sus efectos nocivos para el medio ambiente y como posibles disruptores endocrinos. Como elemento controvertido tenemos, también, que algunos filtros como PABA y benzofenonas se les asocia a reacciones fotoalergicas en la piel.
Los productos de protección solar con óxido de titanio y óxido de zinc se aceptan como “seguros”. Asimismo, hay que tener en cuenta el tamaño de la partícula: estudios realizados de toxicidad marina concluyen que el ZnO nanométrico ocasiona blanqueo de corales y que el dióxido de titanio perjudica a la fauna marina.
Clasificación de las radiaciones solares
Los protectores solares son productos cosméticos de uso tópico destinados a evitar o disminuir los efectos causados por la radiación solar en la piel como quemaduras o envejecimiento a través de su capacidad para absorber, reflejar y dispersar los rayos UV.
El espectro solar recibe diferentes nombres en función de la longitud de onda de las radiaciones:
- Ultravioleta C: son radiaciones muy peligrosas, pero la capa de ozono las absorbe y no alcanzan la superficie terrestre.
- Ultravioleta B: son las principales causantes del cáncer de piel.
- Ultravioleta A: son las radiaciones que emiten mayor energía y las que dan lugar al bronceado y al envejecimiento de la piel.
- Radiación visible: permite percibir los colores.
- Radiación infrarroja: produce efecto calorífico y vasodilatación. Penetra hasta la hipodermis.
Los fotoprotectores contienen ingredientes activos conocidos como filtros solares:
- filtros orgánicos
- filtros inorgánicos
- filtros biológicos o híbridos
Filtros orgánicos
Los filtros orgánicos actúan por absorción de la radiación solar ultravioleta. Captan la energía incidente y la reemiten nuevamente como radiación térmica, inocua para la piel. En función de la radiación absorbida se distingue entre los filtros UVB, UVA y de amplio espectro. Todos ellos requieren del orden de treinta minutos para ejercer esta acción y deben aplicarse con la debida antelación. Los filtros orgánicos son clasificados en función de la radiación que absorben.
Hay filtros selectivos para:
- La radiación UVB
- Salicilatos
- Cinamatos
- Octocrylene
- Phenylbenzimidazole sulfonic acid
- La radiación UVA
- Benzofenonas
- Butyl Methoxydibenzoylmethane
- Terephthalylidene Dicamphor Sulfonic Acid
Filtros de amplio espectro (UVA y UVB)
En los últimos años están apareciendo nuevos filtros que absorben, reflejan y dispersan la luz siendo híbrido entre los filtros minerales y los químicos. Han sido creados para evitar los problemas de los antiguos filtros químicos, son de mayor tamaño, no se absorben, son poco alergénicos y por el momento se muestran seguros.
- Methylene bis-benzotriazolyl tetramethylbutylphenol
- Bis-Ethylhexyloxyphenol Methoxyphenyl Triazine
- Diethylhexyl butamido triazone
Filtros inorgánicos
Su acción se debe a su capacidad de desviar, reflejar y/o dispersar la luz incidente sin que intervenga ninguna interacción química entre el filtro solar y algún componente de la radiación. La acción protectora por simple efecto de apantallamiento los hace efectivos sobre la totalidad del espectro solar, por lo que se conocen comúnmente como pantallas solares.
Forman parte de este grupo: talco, óxido de zinc, dióxido de titanio, mica-óxido de hierro, mica-titanio, silicatos, pigmentos inorgánicos, inertes y opacos a la radiación solar. Su escasa reactividad y, por tanto, sus escasas reacciones de sensibilización, los hacen especialmente adecuados para preparados de uso infantil.
Filtros biológicos
Reivindican una acción antioxidante que radica en el secuestro de los radicales libres responsables del envejecimiento cutáneo y del cáncer fotoinducido. Actúan filtrando parte de la radiación solar incidente y neutralizando los efectos agresivos locales de las radiaciones, o incluso estimulando el sistema inmunológico cutáneo.
Además de presentar una acción coadyuvante de la actividad fotoprotectora de los filtros físicos y químicos, mejoran el aspecto y la elasticidad de la piel, y potencian el subsistema inmunológico cutáneo.
Reto: filtros solares más seguros y mayor concienciación
Un reto importante que se nos presenta a la industria cosmética es el desarrollo de una protección solar cada vez más segura y respetuosa con el medio ambiente. Con filtros solares que no se absorban en la piel, sin efectos hormonales ni tóxicos, fotoestables, que no ocasionen reacciones alérgicas, que sean biodegradables y que no tengan efecto sobre la fauna y la flora marinas.
El uso adecuado de los protectores solares ayuda a combatir los riesgos asociados a la exposición solar, sin olvidar que, a día de hoy, los beneficios del uso de los protectores son superiores a sus posibles riesgos.
Por ello, desde la industria cosmética, debemos seguir concienciando e informando a la sociedad de los diferentes tipos de protectores solares existentes, así como de su correcto modo de empleo para la salud y protección de su piel y del planeta.