El tratamiento del acné y su compresión, desde el punto de vista biológico, tiene aún muchos interrogantes abiertos y sigue siendo un tema de investigación con tendencia al alza. En la pasada jornada “Investigaciones y retos en el tratamiento del acné” organizada por el Beauty Cluster Barcelona (BCB) se destacaron los últimos avances científicos en el tema, intentando aportar algo más de luz a un problema tan recurrente para la población como es el acné.
Las publicaciones científicas que recogen información sobre esta patología aumentan año tras año, indicando el interés del sector por entender este problema en su totalidad. En los artículos y resultados científicos publicados durante los últimos años, se observan dos de las principales problemáticas que acaparan la atención de los investigadores; la importancia de la microbiota en el acné y la relación entre la exposición a la contaminación y la aparición de la patología.
En lo que a la microbiota respecta, se conoce que el conjunto de bacterias que habitan en nuestra piel ejerce de barrera externa y totalmente necesaria para una piel sana; el equilibrio entre especies es crucial para mantener su variabilidad. Cambios en la composición natural de comunidades microbianas ya han sido relacionadas con enfermedades inflamatorias crónicas en la piel, entre las cuales psoriasis, dermatitis atópica y acné. Las investigaciones se centran hoy en día en entender los cambios de la microbiota que producen la aparición del acné y, sobre todo, su origen metabólico.
Por otro lado, estudios realizados en dos de las ciudades con los mayores niveles de contaminación, revelaron que la calidad de la piel cambiaba con la exposición crónica a ambientes contaminados. Entre los principales contaminantes se encuentran partículas sólidas, compuestos orgánicos volátiles, ozono, dióxido de nitrógeno (NO2) y dióxido de sulfuro (SO2).
La capacidad protectora de nuestra piel no es ilimitada, de manera que, una exposición excesiva a estos contaminantes puede superar las defensas naturales de la piel y generar un estado de estrés oxidativo, cuyo resultante es un proceso de inflamación. Si bien muchos artículos confirman la relación entre la excesiva presencia de polución y la aparición de inflamación en la piel, los mecanismos biológicos a través de los cuales suceden quedan por aclarar.
Para poder obtener respuesta a las investigaciones pendientes, es muy importante considerar el acné como un problema multifactorial y no como un problema aislado de la piel. La alimentación, por ejemplo, es clave para la prevención o durante las primeras fases de aparición del acné. Nuevas estrategias nutricionales están siendo desarrolladas con el fin de atenuarlo, algunas de ellas basadas con los polifenoles o la vitamina D.
Otras investigaciones innovadoras se mueven en el campo de la Nanotecnología explorando el uso de nanopartículas poliméricas y lipídicas. El uso de estos nanomateriales biocompatibles y biodegradables, favorecen la penetración y la capacidad de retención en las capas más profundas de la piel aumentando la eficacia del tratamiento anti-acné.
Considerando que en la actualidad los usuarios reclaman productos que ofrezcan resultados rápidos, la investigación para mejorar la eficiencia anti-acné es una prioridad para los laboratorios cosméticos.
Desde el punto de vista académico, también se considera que hace falta más investigación en acné para poder entender esta patología en su totalidad. Por ello, jornadas como la organizada por el BCB, sirven para hacer una puesta en común del conocimiento existente, enfocado al sector cosmético y a industrias tangenciales como la farmacéutica o la química.
Innovation Manager en Beauty Cluster Barcelona
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