Sostenibilidad real en el packaging cosmético

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La sostenibilidad está de moda. Se oye por todas partes y en todos los sectores. Y los consumidores no se quedan atrás. Están cada vez más concienciados y solicitan más información relacionada con la contaminación y el reciclaje de los productos que consumen. Además, prefieren aquellos “más naturales” y menos contaminantes. Aunque… no siempre están dispuestos a incrementar su presupuesto por ello.

Hoy en día el cliente quiere ser escuchado y que los productos que utilice cuiden tanto de él, como del planeta. Por eso, busca marcas responsables que se comporten de una manera ética y honesta. Esta demanda por parte del consumidor conlleva, en ocasiones, que algunas empresas lo aprovechen para ofrecer una imagen de sostenibilidad que no es tan real como parece a simple vista.

Dentro de este contexto, se aprecia como el grado de compromiso de las marcas cambia considerablemente dependiendo del sector que analicemos. El sector cosmético no ha querido quedarse atrás y son muchas las soluciones y propuestas de mejora que está ofreciendo e implementando.

¿Qué debemos tener en cuenta?

A día de hoy, existen muchas opciones para volver nuestra empresa y productos más sostenibles o respetuosos con el medio ambiente. Sin embargo, todavía no hay una solución única e ideal. Por eso, habrá que estudiar caso a caso cuál puede ser la mejor estrategia según la idiosincrasia de cada empresa. Hoy, nosotras nos vamos a centrar en el packaging del producto, al ser el más fácil de adaptar en todo el proceso de desarrollo de un cosmético.

El packaging es uno de los aspectos decisivos en sostenibilidad de productos. Es un elemento clave en cualquier sector, pero aún más si cabe en la industria cosmética. Y, aunque muchas marcas vamos entendiendo el camino que debemos tomar, no todas están dispuestas a cambiar. Así, algunas han tomado el desvío del Greenwashing y otras el de apostar por una sostenibilidad real.

A partir de esto, nos hacemos las siguientes preguntas: ¿cuáles son las mejores soluciones para nuestro sector?, ¿cómo se lo comunicamos al consumidor?

Empezamos por la sostenibilidad en el packaging secundario

Por supuesto que la mejor opción es eliminarlo porque como reza la famosa frase <<el mejor residuo es el que no se genera>>. Aun así, en muchas ocasiones es imposible que en el envase primario haya espacio para que entre toda la información, que debe incluirse y más aún a un tamaño de letra legible, como indica la normativa. No hablemos ya si se debe incluir más de un idioma por motivos de exportación.

En este caso, hay tres posibles opciones que destacan sobre las demás:

  • Cartonaje reciclado. El problema surge en que está limitado el tipo de cartón y acabados a conseguir. Además, habrá que controlar también el proceso que ha seguido para reciclar el papel original, ya que a veces se usan procedimientos no demasiado cuidadosos con el medio ambiente. Sin embargo, puede ser una opción muy buena para las cajas de envío.
  • Cartonaje procedente de bosques gestionados de forma sostenible. El inconveniente de este tipo de cartonaje es que los árboles tardan más en crecer que en talarse y se utilizan para muchos productos de nuestro día a día.
  • Cartonaje obtenido a partir de residuos de caña de azúcar. Con esta opción se cierra el ciclo de la economía circular, puesto que damos una segunda vida a algo que hasta el momento era un deshecho de la industria alimentaria. A mayores, no se contribuye a la tala de árboles. Este cartonaje es degradable y compostable. La desventaja es que su reciclado es a través del compost, siendo considerado este un uso de menos valor.

Seguimos con el envase primario

Salvo en el caso de algunos productos sólidos, los cosméticos necesitan incluir un envase primario en contacto directo con la formulación. En este caso, también hay opciones sostenibles, pero la decisión se complica al tener que ser compatibles con la fórmula y cumplir todos los requisitos: REACH, impurezas y migración que marca la unión europea.

En este caso, muchos laboratorios apuestan por el vidrio, porque es 100% reciclable. Pero ojo, porque no siempre será la mejor opción. Aquí encontramos dos desventajas:

  • La primera es que estos envases suelen ir acompañados de una tetina hecha de silicona o similares y de materiales plásticos. Esto hace que sea complicado el reciclaje final, salvo que el consumidor separe absolutamente todos los componentes. Y por desgracia, esto no es lo habitual. Es importante tenerlo en cuenta porque la realidad es que ese envase, en la mayoría de los casos, no se va a reciclar.
  • La segunda desventaja que encontramos en este tipo de envases, es que el peso del vidrio es superior al de cualquier otro envase. Esto hace que se genere mayor huella de carbono en cada transporte.

Hay otras opciones más sostenibles

En concreto, hay una que bajo nuestra humilde opinión tiene mucho potencial y sentido que es usar plástico ya existente en el mundo para generar los envases. De esta forma, se crea menos plástico y se reutiliza el que existe. Estos envases están elaborados con un porcentaje variable de plástico reciclado y son 100% reciclables.

Sin embargo, a día de hoy la tecnología no permite que el 100% del envase proceda de material reciclable. El máximo es un 50% (este porcentaje bajará en el envase final al incluir las tintas y otros elementos). De todas formas, la tecnología está avanzando rápido y esperamos que este porcentaje pueda ir incrementándose con el tiempo. Una ventaja adicional frente al anterior es que, al ser más ligeros, disminuimos la huella de carbono durante su transporte.

Otra tercera opción muy de moda actualmente es el uso de plástico procedente de materia prima vegetal. Esta opción elimina el uso del petróleo en el proceso, pero se sigue generando plástico nuevo con las mismas características que el procedente del petróleo. Además, se destina mayor superficie de cultivo a un vegetal cuyo uso exclusivo es la generación de plástico y, por último, el proceso de obtención no siempre es muy sostenible.

Terminamos con las tintas y otros detalles

A la hora de determinar cómo de sostenible es un producto, las tintas, los adhesivos y otros aditivos que se puedan añadir juegan un papel fundamental. Pueden hacer, incluso, que todos los esfuerzos anteriores no cuenten para nada.

Aquí, se deben valorar las tintas que se incluyen tanto en el cartonaje, como en los envases. Habrá que prescindir totalmente de las tintas metálicas porque son las más contaminantes de todas. También se deben elegir colores claros para que las plantas de reciclaje puedan detectarlos. Los negros o colores muy oscuros no pueden detectarlos correctamente y no los incluirán en los residuos a reciclar.

En este punto, la opción menos contaminante para tintas y que menos interfiere con los procesos de reciclado son las tintas al agua obtenidas a partir de aceites vegetales, evitando fondos negros o muy oscuros.

Sin embargo, los envases no siempre van impresos. En muchas ocasiones se opta por la incorporación de una etiqueta. En este caso, para que pueda ser detectado el material del envase en los centros de reciclado (proceso automatizado), esta etiqueta deberá ocupar menos de dos tercios de la superficie total del envase. Si no, se separará erróneamente.

Por último, en este apartado no podemos dejar de hablar del pegamento y otros aditivos añadidos en los envases o en sus complementos. Para que el producto final se pueda reciclar, se deben usar adhesivos solubles en agua a 85ºC o adhesivos Hot Melt solubles en álcali. Como aditivos, es aconsejable evitar el Carbonato de Calcio porque interfiere también con el proceso actual de las plantas de reciclado.

La comunicación es importante

Para terminar, será importante transmitir todos estos esfuerzos por cuidar cada detalle a nuestro cliente. Esto incrementará la propuesta de valor en nuestros productos.

Aunque a día de hoy no hay una opción buena y otra mala y es difícil elegir la estrategia más adecuada para cada empresa, es esencial ir adaptándonos poco a poco y a medida que la tecnología lo permita a estas nuevas opciones. Debemos interiorizar que la sostenibilidad no es un gasto sino una inversión y que todos somos parte de la solución. Es posible cuidarse mientras se cuida del planeta.

Laura Gallego y Jessica Bajón

Unavida Cosmetics