Nombre, cargo y empresa.
Ana Llovet, Directora de Comunicación y Online Marketing, accionista y 2ª generación en Bruno Vassari.
Háblanos sobre la empresa en la que trabajas. ¿Cuál es su historia y valor diferencial en el sector de la belleza?
Bruno Vassari es una empresa de alta cosmética profesional que se fundó en 1984 en Barcelona, siendo una de las marcas pioneras de este sector en nuestro país. Su creación surgió como respuesta a una necesidad creciente: en ese momento no existía en España ninguna marca de cosmética profesional que respondiese a las necesidades de las esteticistas, un perfil profesional cada vez más demandado.
El nombre de la marca, que siempre suele generar interés y curiosidad, se inspiró en los grandes clásicos italianos, entre ellos Giorgio Vasari, famoso pintor, escultor y arquitecto del siglo XVI, considerado el primer historiador del arte de la era moderna y el padre del término Renacimiento. Como él, nuestra marca siempre ha perseguido marcar un antes y un después en nuestro sector, no solo respondiendo a las necesidades de nuestro mercado, sino también adelantándonos a las innovaciones y tendencias más rompedoras y ofreciendo siempre productos y tratamientos de última generación.
Si algo ha prevalecido entre los pilares principales de la compañía desde sus inicios ha sido la innovación y su voluntad de ofrecer productos a la vanguardia de la cosmética, que respondan a lo que el profesional de la belleza y estética, así como la consumidora, demandan en cada momento. Esto, sumado a nuestros exhaustivos esfuerzos en seleccionar, para la elaboración de nuestros productos, las materias primas más rompedoras y efectivas, acompañadas por los envases más actuales, ha logrado situarnos como un referente dentro del sector, con una cartera de productos que engloba más de 20 líneas y que se exporta a más de 50 países.
¿Qué implica tu día a día en la empresa?
Como responsable de Comunicación y Marketing Digital, mi trabajo se orienta principalmente en dar respuesta a 2 objetivos muy claros.
Por un lado, en dar a conocer tanto nuestra marca como nuestros productos. Sabemos que tenemos un producto muy bueno, sabemos que quién nos prueba, repite, y tenemos unas tasas de fidelidad altísimas, tanto nivel nacional como internacional. Pero necesitábamos dar un salto a nivel de comunicación externa, y ese ha sido y sigue siendo uno de mis focos principales. Esto pasa, por un lado, por generar y distribuir contenido informativo y de utilidad sobre Bruno Vassari y nuestros productos, tanto a través de nuestros propios canales (equipo comercial, redes sociales, web, newsletter, etc) como a través de terceros, ya sea vía nuestros propios clientes (clientes finales y distribuidores). Por otro lado, por una intensificación de nuestro trabajo de relaciones públicas, colaboraciones con medios de comunicación, influencers, etc., llevándonos esto a su vez a lanzar nuevos proyectos y estrategias a nivel de RSC, Sostenibilidad y también a nivel institucional.
Por otro lado, otro de mis objetivos ha consistido en la digitalización de nuestra marca y productos. Esto pasa principalmente por convertirnos en una marca más accesible, tanto de cara al consumidor final como de cara a la esteticista. Por eso, entre otras cosas, a principios de este año lanzamos nuestra nueva web y nuestra tienda online, un lanzamiento que busca acercarnos más a estos dos públicos e integrarlos en un nuevo entorno que hasta ahora habíamos explotado más bien poco. Además, gracias a la pandemia hemos explorado nuevas vías de comunicación y acercamiento a nuestros clientes, incrementado las formaciones online, las presentaciones en directo en redes sociales, los lanzamientos de producto en formato digital, etc…
¿En la situación actual, estáis apostando por la transformación digital?
¡Claro! Y, de hecho, ahora más que nunca. Los canales digitales han llegado para quedarse, y eso en todos los segmentos de edad. Los datos nos están demostrando que todas las generaciones (y no solo los millenials y generaciones posteriores) se han puesto las pilas en cuanto a uso de nuevas tecnologías se refiere. El Covid ha sido un gran acelerador de esta transformación, y esto ha permitido que, aunque “obligados” a menudo por la situación, todo el que se ha aventurado a probar estos nuevos canales y las nuevas formas de consumo en Internet, repite.
A pesar de ello, no debemos perder de vista el inmenso valor añadido que los profesionales de la estética aportan a la experiencia beauty del usuario: desde los resultados de los tratamientos de cabina, hasta el conocimiento y poder de prescripción que ostentan, se está demostrando que, en nuestro sector, es clave ir de la mano.
Nosotros no visualizamos un futuro de la belleza sin esta experiencia presencial en el centro de estética, pero tampoco lo hacemos sin darle la oportunidad al consumidor de poder acceder de forma cómoda a sus marcas y productos preferidos, desde el salón de su casa. El secreto es combinar ambas dimensiones para que la experiencia final sea óptima.
¿Crees que la sostenibilidad es una tendencia o una realidad ineludible?
Para nosotros es una realidad ineludible. Ya no es una cuestión de ofrecer productos que cumplan con los parámetros que nos pide nuestro público, sino que es una cuestión de identidad y de ser responsables como marca. Si queremos generar un impacto positivo en nuestro entorno, en nuestra sociedad y en nuestro planeta, debemos hacerlo desde dentro, y teniendo la sostenibilidad como condición sine qua non en cada una de las decisiones que tomamos como empresa.
A menudo las empresas se asustan por todo lo que implica convertirte en un negocio sostenible y responsable con el medio ambiente. Sin embargo, cada granito de arena cuenta, y por ello es vital ponerse las pilas lo antes posible. En nuestro día a día hay muchísimos cambios que podemos hacer, empezando por los más pequeños, que pueden tener un gran impacto a largo plazo.
En nuestro caso, hemos interiorizado esta necesidad y este deber en todos los aspectos de nuestra actividad, desde el desarrollo de nuevos productos que incorporan cada vez más ingredientes de origen natural, la sustitución del plástico de nuestros envases por materiales más sostenibles, la eliminación de los folletos de papel, el desarrollo de packagings con materiales reciclados o con certificación FSC, entre otros, hasta en el día a día de nuestra oficina, implantando nuevas medidas como la eliminación de todos los materiales desechables de uso diario (vasos, cubiertos, platos…), la sustitución de las garrafas de agua de plástico por la implantación de fuentes de agua que filtran el agua de red eliminando las botellas de plástico, la digitalización de facturas, etc. Todo ello sin perder de vista la excelencia que nos define y que seguimos persiguiendo en cada uno de nuestros lanzamientos.
Como conclusión, creo que no debemos olvidar que estas decisiones no solo las tomamos de acuerdo con la situación actual del planeta, sino sobre todo pensando en la situación futura del mismo.
¿Qué retos afronta el sector en los próximos años?
Personalmente creo que la sostenibilidad, aunque sea un reto del ahora, va a seguir siéndolo durante los próximos años, y que va a ser un área en el que se van a dar muchísimos avances. A este aspecto le añadiría la responsabilidad corporativa. Como empresa no solo tenemos un impacto en el medio ambiente, sino también en nuestro entorno inmediato y en la sociedad.
A nivel cosmético, nos encontramos con un consumidor cada vez más informado, y más exigente en cuanto a los ingredientes y principios activos utilizados. También con un consumidor que cada vez se cuida más, cuida más su piel y su aspecto en general, pero quiere hacerlo desde la comodidad, buscando la inmediatez en la entrega del producto o servicio que necesita, así como un asesoramiento personalizado. Las marcas debemos ser rápidas, flexibles, estar disponibles y tener respuestas a sus dudas, si queremos ganarnos su confianza.
¿Cómo atraer talento y retenerlo en una época tan compleja?
Creo que el talento se consigue con talento. Si quieres atraer talento, debes hacerlo fomentando el propio talento dentro de la empresa, persiguiendo la excelencia mediante la innovación, la profesionalidad y la calidad en todo lo que haces.
Para retenerlo, debes además conectar con los valores y con las emociones que mueven a tu equipo. Hoy en día ofrecer un buen sueldo ya no es suficiente. Los empleados deben identificarse con la filosofía de la empresa, con los valores que ésta transmite en todo lo que hace. Deben sentirse además estimulados, motivados y empujados (y ayudados) a ser mejores y a desarrollar al máximo sus capacidades.
Al final, lo que todos perseguimos es sentirnos orgullosos de pertenecer a la empresa en la que trabajamos, y eso debería ser una prioridad en toda compañía que busque captar y retener talento.
Por último, no hay que olvidarse de cuidar al empleado. Nosotros somos muy sensibles en cuanto a las necesidades y situaciones personales de cada uno, intentamos dar facilidades en cuanto a conciliación de trabajo y familia, y tener en cuenta las realidades cambiantes de nuestra sociedad.
¿Qué os aporta formar parte del Beauty Cluster como entidad y a ti como profesional?
El Beauty Cluster es una entidad que nos aporta muchísimo conocimiento sobre el sector, que nos ayuda a mantenernos al día de lo que se lleva, de lo que se habla, de lo que está cambiando en el día a día de la cosmética. Además, es un foro increíble para generar networking y contactar con otras empresas del sector, intercambiar impresiones y formas de trabajar, e incluso encontrar sinergias y partners con los que colaborar.
Ser miembros del Beauty Cluster ha sido sin duda un acierto, que nos ha permitido estar más conectados que nunca a nuestro sector durante la pandemia, y que nos es de gran ayuda también ahora en esta etapa de recuperación.
Volviendo a ti. ¿Cómo aterrizas en el sector de la belleza?
Mi trayectoria profesional ha estado siempre enmarcada en las áreas de Marketing y Comunicación. He trabajado en empresas de sectores y tamaños muy diversos, desde grandes empresas del sector consumo, como Arbora y Ausonia y Procter&Gamble, hasta pequeñas empresas del sector digital como Doctoralia, una start-up en la que me uní siendo a penas 20 empleados y de la que me fui habiendo superado el millar en todo el mundo.
Esta experiencia y este background me llevaron a interesarme por el modelo de negocio familiar y de largo recorrido como el de Bruno Vassari, en un sector tan emocionante como retador como es el de la cosmética.
El hecho de ser además una empresa que pertenece a mi familia ha sido un aliciente más, aunque también ha supuesto un reto personal y profesional enorme.
Hablando de ‘belleza’, ¿Cómo la definirías?
La definiría como todo aquello que nos transmita un feeling positivo sobre una persona, aquello que nos hace sentir bien estando a su lado, ya sean aspectos físicos como intelectuales.
Para mí, una persona es bella principalmente por lo que me transmite. Hay bellezas que impactan por determinados aspectos concretos del físico, como una melena espectacular, una mirada profunda y penetrante, o una sonrisa despampanante.
Y luego hay bellezas que te marcan por cómo es esa persona, por sus valores, por su forma de tratar a los demás, por lo que te inspira y por cómo te hace sentir.
¿Algún hobby, superpoder o pasión escondida que quieras compartir?
Aunque me gusta mucho el concepto de superpoder, me temo que no tengo ninguno como tal, aunque si hay algo que suele caracterizarme es mi enfoque siempre optimista de la vida, que intento transmitir a los que me rodean.
Lo que mueve pasiones en mi día a día es mi perro de un año que es un nervio y energía pura y me ayuda a desconectar y a valorar mucho más los pequeños momentos del día a día.
¿Cuál es el último libro que has leído o película que has visto?
Ahora mismo estoy enfrascada en varias lecturas, una relacionada con el mundo de los negocios: Esquivar la mediocridad, de Xavier Marcet Gisbert; y Au Revoir Là-Haut, de Pierre Lemaitre, una novela sobre los estragos de la guerra de 1914 en Francia.
En cuanto a películas, la última que he visto ha sido Land, protagonizada por Robin Wright.
Los negocios se basan en…
Ser capaz de detectar y satisfacer las necesidades, a menudo cambiantes, de tu público objetivo, y hacerlo de forma eficiente, sostenible y honesta, estableciendo relaciones duraderas tanto con tus clientes como con tu equipo y proveedores.