El ecosistema beauty es uno de los sectores económicos que sufre cambios de tendencia y de consumo más constantes. Hasta ahora estas tendencias de consumo se establecían desde las revistas de lifestyle y por el boca a boca entre consumidores, pero a día de hoy, el uso de las plataformas digitales es la principal fuente de inspiración para el consumidor. Y, en este sentido, Youtube se ha erigido en la principal fuente digital de contenido.
De hecho, dentro de las categorías de contenidos más vistas por los espectadores de Youtube, el beauty se situó como la tercera más consumida en la plataforma durante el año pasado:
En el caso del segmento de edad de mujeres de 18 a 25 años, el consumo de contenidos relacionados con la belleza se sitúa en segunda posición, solo por detrás de la música. Y es que el 66% de los consumidores de productos beauty afirma que YouTube es uno de las mejores plataformas para ver si los distintos productos se ajustan con su estilo de vida.
Youtube está inundado de contenido de mucho valor creado por todo tipo de usuarios como diseñadores, maquilladores, marcas y, evidentemente, por influencers. El contenido generado y publicado por estos usuarios puede agruparse en diferentes categorías, pero es el centrado en la formación y el contenido inspiracional el que tiene un peso más destacado dentro de la ingente cantidad de información sobre cosmética presente en la plataforma de vídeos.
Dentro del contenido formativo -el que ofrece a los usuarios la oportunidad de aprender trucos, ver reseñas y recibir consejos- los vídeos relacionados con tutoriales son los que conducen a una mayor participación por parte de los usuarios y a unas tasas de visualización más altas.
Por otro lado, el contenido inspiracional -el que se apoya en una historia, representa aspiraciones y no se centra tanto en el producto- es el que más influye en el proceso de decisión de los consumidores y el que impulsar a realizar la compra de un producto concreto.
Durante este proceso de inspiración es importante que las marcas tengan presencia y aporten visibilidad, siempre con la intención de enseñar, formar o aportar valor al consumidor, más allá de transmitir la intención de vender. Y es que los consumidores son cada vez más exigentes, quieren ser escuchados y valorados por las marcas y reclaman contenidos útiles sin botones de compra que interrumpan su navegación. Además, los consumidores son suficientemente inteligentes para reconocer un pitch de venta, aunque esté escondido. En este sector, acompañar al usuario durante este proceso de exploración/inspiración, influirá en que se consuma o no nuestro producto.
Como marcas o como anunciantes debemos volvernos expertos sobre los intereses de nuestra audiencia y crear contenido que ayude a generar un vínculo entre la marca y el espectador que vaya más allá del discurso enfocado a venta. Debemos practicar la escucha activa de nuestro público y adaptar nuestras comunicaciones a sus necesidades. Existen herramientas que pueden ayudarnos a ello, como Google Trends, que analiza la popularidad de búsqueda de varias palabras o frases en un sector y área geográfica concretos. De este modo, descubriremos lo que le interesa a nuestra audiencia, identificar aquellos puntos en los que puede necesitar ayudar y ofrecer un contenido que resuelva sus dudas e inquietudes. Cuando hayamos construido una relación honesta y con contenidos de utilidad para nuestro consumidor podremos ofrecerles nuestros productos.