Sabemos que el mercado de la cosmética natural está en continuo crecimiento. Es una categoría ya afianzada dentro del sector cosmético que no deja de evolucionar y que, como seguro que has podido observar, ya forma parte de la formulación de productos de forma transversal.
En el desarrollo de productos cosméticos se presenta casi siempre la posibilidad de incluir ingredientes de origen natural. Éstos acompañan a otras moléculas sintéticas y aportan un valor extra al producto. Por ello conocer bien las características de los ingredientes, su formulación, regulación y el discurso de puesta en el mercado es de gran importancia para cualquier agente de la cadena de valor del producto cosmético, sea natural o no.
En este artículo vamos a revisar la respuesta a las siguientes cuestiones: ¿de qué se está hablando en los últimos meses alrededor de la cosmética natural? ¿Dónde tenemos que poner el foco a la hora de desarrollar nuevos productos y aportar valor al mercado?
Regulación: ampliación de Ecolabel
En cosmética natural no existe una norma regulatoria que nos aplique para dar una definición cerrada de lo que es un cosmético natural. Esto genera descontrol en los discursos de marca, ya que es difícil para nosotros realizar afirmaciones rotundas. Esto se extrapola también al consumidor, que en la mayoría de los casos se siente perdido ante la compra de un cosmético natural y puede acabar cayendo en estrategias de greenwashing.
Hasta hace unos meses contábamos con la ISO 16128, que aplica a la definición de los ingredientes y cálculo de contenido del producto terminado, y las certificaciones como COSMOS o NATRUE. Además, para los productos de aclarado se podía también aplicar Ecolabel. Pero desde hace unos meses, Ecolabel también es aplicable a los productos de no aclarado.
La Ecolabel es la etiqueta ecológica (ecoetiqueta) europea que no sólo hace referencia a la composición del producto, si no también al impacto ambiental. No pone foco sólo en la parte del ciclo de vida del producto anterior a su puesta en el mercado, sino también en su impacto posterior.
Economía circular aplicada a la cosmética
El cambio de un modelo económico lineal a uno circular es necesidad y tendencia en varios sectores, no sólo en el cosmético. Vemos ejemplos en la moda, la construcción o la alimentación. Los dos primeros, de hecho, está dentro del paquete de propuesta del Pacto Verde Europeo en el que se contempla el modelo de economía circular.
Este modelo económico es una firme apuesta por la protección del medioambiente, que va en la línea de los objetivos de la cosmética natural y ecológica. Por ello, desde el punto de vista de nuestro sector, la apuesta por ingredientes upcycled aporta valor y coherencia a todo el diseño del cosmético natural. Se trata de usar ingredientes que no sólo son de origen natural, si no que, además, se han obtenido sin explotar fuentes vírgenes. Todo ello ayuda a reducir el impacto que el consumo de ingredientes naturales y de origen natural puede causar en los ecosistemas y la biodiversidad.
Cada vez es mayor la oferta de este tipo de ingredientes upcycled. Muestra de ello se ha podido ver en la última edición de In-cosmetics Global 2022, donde se ha puesto zoco en la circularidad dentro de la industria.
Cosmética sólida y cosmética anhidra
Ambos tipos de cosmética van íntimamente ligados, aunque no sean exactamente lo mismo, incluso a veces se puedan confundir. Las estrategias de formulación son parecidas, pero cada una tiene sus particularidades: mientras que en la cosmética sólida la forma final del producto es siempre un sólido, en la cosmética anhidra podemos ver desde sólidos hasta líquidos.
En los últimos años hemos visto florecer marcas exclusivas de cosmética sólida (Nusa, Sbtrct, Solito, Inuit,…) y cómo grandes empresas, como L’Oréal o Pierre Fabre, lanzaban productos sólidos en sus marcas más green. La cosmética sólida se asocia también al movimiento Zero Waste, que guarda mucha relación al respeto al medioambiente y a la ecología que abanderan muchas marcas de cosmética natural. Y que, además, son aspectos claves en el consumidor de este tipo de producto.
La cosmética anhidra también está muy vinculada a la reducción del impacto ambiental. Se pone foco no sólo en las materias primas sino también en el consumo durante el proceso productivo. Se elimina el agua de la fórmula y, en consecuencia, el consumo de agua durante la fabricación. Además, en la mayoría de casos, se trata de productos concentrados, que de nuevo favorecen un menor consumo de packaging.
La revolución de la cosmética nicho
Los patrones de consumo están cambiando, el consumidor está cada vez más informado y ya no va de forma directa hacia los productos de empresas globales, si no que valora más el storytelling de la marca. Por ello, nos encontramos con multitud de nuevas marcas que encajan en lo que buscan los consumidores de cosmética natural:
- Experiencia digital e hiper-personalización.
- Transparencia y trazabilidad en los ingredientes, conocer el origen.
- Tecnología al servicio de la protección al medioambiente.
- Prácticas éticas y sostenibles por parte de la empresa.
- Adaptación a su ritmo de vida: minimalismo y fácil transporte.
De aquí también, que cada vez más los distribuidores y puntos de venta especializados en cosmética, incluyan en su catálogo a pequeñas marcas que cumplen con estos requisitos. La cercanía al consumidor y una comunicación clara y honesta entre la marca y su público.
