La Universitat de Barcelona ha puesto en marcha su laboratorio de innovación social: el Living Lab UB. El objetivo de esta iniciativa es dar respuesta a retos, procedentes tanto del entorno público como privado, relacionados con el comportamiento de las personas, mediante soluciones innovadoras y con la participación de los agentes sociales de la cuádruple hélice: empresas e instituciones, clientes y usuarios, expertos universitarios y responsable de políticas.
Una de las primeras actuaciones del Living Lab UB ha sido una jornada sobre el buen gobierno y regulación, liderada por el catedrático de Derecho Administrativo Juli Ponce. La sesión, que ha tuvo lugar el pasado mes de octubre, estuvo dedicada a la regulación para proteger los denunciantes o alertadores de irregularidades, fraudes y corrupción (whistleblowers), coincidiendo con la transposición a España de la directiva de la Unión Europea sobre este tema. Tanto actores públicos como privados aportaron su opinión sobre cómo tendrá que ser la ley que regule la obligación de disponer de canales anónimos de denuncias de fraude a empresas e instituciones, y las medidas de protección de los alertadores. Les conclusiones de esta jornada darán lugar al 2º Anuario sobre el buen gobierno y regulación, que se publicará en 2021.
El Living Lab UB se plantea como un instrumento de personas y recursos multidisciplinarios que se activan en función de cada reto concreto y que adoptan diversas formas. Es, pues, un modelo líquido para una sociedad líquida. Los cerca de 6.000 investigadores e investigadoras de la UB de distintos campos del conocimiento, el prestigio y la reputación de la institución académica y la experiencia en la gestión de proyectos de innovación de la Fundació Bosch i Gimpera hacen que la Universitat de Barcelona sea un entorno inmejorable donde es pueda desarrollar este proyecto.
A través de una metodología centrada en el usuario, en el Living Lab UB se desarrollan dinámicas participativas para poder dar respuestas a retos planteados por empresas e instituciones. «El laboratorio de innovación social permite trabajar los retos sociales contemporáneos alineando los mejores investigadores de diversas disciplinas y los actores sociales implicados. Con la suma de los diferentes ámbitos del conocimiento y las diversas perspectivas que afectan un problema social, se consigue un contexto creativo y más informado para generar nuevas soluciones a problemas complejos», afirma el profesor Francesc Benlliure, miembro del equipo de la Fundació Bosch i Gimpera impulsor de esta iniciativa.
En proyectos tanto del entorno público como privado, la metodología del Living Lab UB permite definir soluciones innovadoras centradas en el usuario o cliente, validar nuevos productos o servicios en desarrollo, concienciar, educar y empoderar los potenciales clientes, y promover un cambio de hábitos en este colectivo. Por eso, el Living Lab UB se constituye como una herramienta clave para abordar la transferencia de conocimiento, especialmente en las disciplinas de les humanidades y las ciencias sociales relacionadas con el comportamiento de las personas.