Lo planteen cómo lo planteen, para poder vender existe una palabra mágica: visibilidad. Tiene su lógica: si no se conoce el producto, no se puede comprar.
Los grandes supermercados ofrecen, de media, aproximadamente 25.000 referencias diferentes, lo que significa, que no sólo se debe lidiar con la competencia, sino que hay que conseguir que el consumidor se interese y decante por lo que se le ofrece.
La publicidad en el punto de venta
La publicidad en el punto de venta es versátil, accesible para cualquier marca o producto y, sobre todo, eficaz, ya que aprovecha la impulsividad del comprador que decide adquirir el producto en el último segundo.
Los recursos de los que se pueden disponer son variados. Los principales son los expositores, que alojan el producto y, gracias a su diseño, llaman la atención del consumidor, invitándole a tomar el producto entre sus manos.
Existe también la posibilidad de usar tótems, unas columnas que pueden tomar cualquier forma y que dan visibilidad a lo que se quiera anunciar. Por último, los displays, son una opción más funcional y ligera, ya que pueden colocarse casi en cualquier sitio.
Un expositor es una buena inversión
Es cierto que colocar un expositor conlleva un coste, ya que los comercios (especialmente los grandes) no ceden sus espacios gratis.
Por otro lado, si la estrategia comercial reside en pequeños establecimientos, los expositores pueden trasladarse de un punto de venta a otro y ver en qué espacio se obtiene mejores resultados.
Eso sí, debe ser un buen expositor. Puede ser de diferentes materiales: metal, metacrilato, madera o cartón, estos últimos tienen menor coste y ofrecen diversas posibilidades. Además, los plastificados ayudan a que no se deterioren y son fáciles de decorar, ya sea con colores que atraigan o con imágenes (que pueden ser del propio producto).
Existen diferentes tipos de expositores para los comercios. Una de las principales divisiones que se llevan a cabo es entre los expositores permanentes, que son aquellos que forman parte del mobiliario de la tienda y los expositores realizados por las diferentes marcas para las promociones puntuales.
Los expositores permanentes están realizados en materiales destinados a durar, como la madera o el metacrilato. En algunos casos son comprados por los establecimientos o incluso realizados a medida, mientras que, en otros casos, son regalados por las marcas. Se trata de regalos especiales, generalmente unidos a un contrato en el que el comerciante se compromete a comprar sus productos durante un cierto tiempo o a utilizar esos expositores exclusivamente para los productos de su marca.
Cartón: todas las formas y colores imaginables
El cartón ofrece la posibilidad de realizar expositores en todos los tonos imaginables ya que hay diferentes técnicas para poder estampar en él colores, imágenes y todo tipo de fotografías. No hay límite para poder decorar el cartón, ya sea de manera directa sobre el acabado natural o con algún tipo de recubrimiento. Además, se pueden realizar gran variedad de formas en este material adaptándolo así a las demandas de cada cliente, ya sea dándole una forma determinada o jugando con los troquelados de las cajas, para convertir lo que a priori no es más que un embalaje, en un original expositor para promociones.
El cartón encaja muy bien con todo tipo de productos, al poder variar totalmente las presentaciones, puede valer tanto para objetos de uso común como para expositores que promocionan productos de alta gama. Todo depende de cómo se realiza el expositor y qué acabado se le quiera dar.
Además de un material en línea con las demandas actuales de respeto y cuidado del medio ambiente: se puede reciclar y su coste de producción es bajo.
La gran visibilidad que se obtiene frente a posibles competidores y frente a otros cientos o miles de productos que puede llevarse el consumidor de cualquier establecimiento comercial, hacen que un expositor resulte una buena inversión.
Ramón Gargallo
Gerente en VPV (Visibilidad en el Punto de Venta)
rgargallo@vpvsl.com