Las vitaminas presentan una importancia creciente tanto en preparados farmacéuticos de uso interno, como en dermatología y cosmética, debido a los innegables efectos de sus beneficiosas propiedades. Sin embargo, hay bastante desconocimiento acerca del estudio histórico y descubrimiento de sus acciones.
Las vitaminas son compuestos que el cuerpo humano necesita en pequeñas cantidades pero que resultan esenciales ya que no los puede sintetizar; es decir, que deben ser suministrados por la alimentación y su acción fundamental es la de actuar como biocatalizadores.
El descubrimiento de las vitaminas, se debe a las investigaciones de dos grupos que buscaban diversas metas. El primero de ellos, quería encontrar el modo de curar una serie de enfermedades, como escorbuto, beriberi, pelagra y determinados raquitismos, cuyo origen era desconocido. Se llegó a la conclusión de que su aparición era debida a la falta de algún componente de la alimentación y que en pequeñas cantidades actuaba como protector de la enfermedad.
El otro grupo de investigadores se preocupó de determinar qué materias faltaban para provocar la aparición de dichas enfermedades. Para ello se alimentó a animales con una mezcla muy purificada de los componentes de los alimentos (agua, carbohidratos, lípidos, proteínas y minerales) y se observó que no se mantenían en buenas condiciones e inevitablemente morían. Con el tiempo se descubrió que dichos alimentos purificados no contenían pequeñas cantidades de unos componentes desconocidos.
Finalmente, se llegó a la conclusión de que era debido a la falta de las materias que provocaban las enfermedades apuntadas como carenciales.
Los primeros estudios serios sobre la causa en la aparición de dichas enfermedades carenciales, datan de 1891 y fueron realizados por Burge y Lunin pero pasaron prácticamente desapercibidos.
La certera noción de lo que más tarde sería vitamina fue elaborada por el médico holandés Christian Eijkman (1858-1930), premio Nobel de Medicina en 1929 quien, en 1896, demostró que el beriberi se debía al consumo de arroz descascarillado, mientras que el integral no producía esta enfermedad.
El nombre de vitamina fue propuesto en 1912 por el químico polaco Kazimierz Funk (1884-1967), al creer que el grupo amino era característico de ellas; de ahí su etimología de aminas de la vida (del latín vita). Más tarde se comprobó que el grupo amino no era característico en ellas.
Generalidades sobre las vitaminas
Las vitaminas pueden definirse como una serie de sustancias de muy diversa composición química que se encuentran en pequeñas cantidades en los alimentos y resultan imprescindibles para el buen funcionamiento del organismo.
Su aportación calórica es nula y su acción principal es la de actuar como catalizadores y activadores de los procesos bioquímicos.
Las vitaminas se clasifican, según su solubilidad, en hidrosolubles y liposolubles. Entre las primeras cabe destacar las del complejo B (B1, B2, B6, B12), C, H y PP. Entre las liposolubles, las A, D y E. Esta diferencia es importante, ya que el organismo trata de forma diferente las grasas y el agua y, en consecuencia, las vitaminas.
El organismo almacena la grasa y, con ella, las vitaminas A, D y E. Así el cuerpo humano puede tener reservas de dichas vitaminas.
Sin embargo, no ocurre lo mismo con las vitaminas hidrosolubles. Se trata de las del grupo B, vitamina C, ácido fólico, niacina y ácido pantoténico. Estas se eliminan con el agua durante el metabolismo y, por consiguiente, hay que tomarlas con regularidad. En este caso el peligro de sobredosis es muy limitado.
Las necesidades diarias de vitaminas se saben con precisión. Las siguientes cantidades corresponden al aporte diario para un hombre adulto sano; las mujeres suelen tener unas necesidades algo menores. En algunas enfermedades deben aumentarse estas dosis:
- Vitamina A 1,5mg
- Vitamina B1 1,5mg
- Vitamina B2 1,5mg
- Vitamina B6 3mg
- Vitamina B12 3mcg
- Vitamina C 75mg
- Vitamina D 20mcg
- Vitamina E 15mg
- Vitamina H 20mg
Una alimentación variada, compuesta principalmente de productos frescos, suele bastar para cubrir estas necesidades. En contra de obsoletas teorías, hoy en día se sabe que una sobredosis de vitaminas puede perjudicar la salud. Este estado se refiere particularmente a las liposolubles en forma de concentrados. Hay que ceñirse a la posología que se indica en el prospecto de cada producto y, bajo ningún pretexto, se deben tomar vitaminas durante largos periodos de tiempo sin prescripción médica.
Por vía externa las vitaminas tienen actualmente una importancia creciente en regeneradores de la piel, cabello y uñas. Presentan propiedades antirradicales, antienvejecimiento, antiarrugas y protectores del tejido cutáneo y estimulan la síntesis de colágeno, elastina y mucopolisacáridos en el tejido conjuntivo. Ayudan a la cicatrización de heridas, rozaduras y llagas, así como en el tratamiento de hematomas, manchas e hipercoloraciones de la piel. Indicadas en procesos inflamatorios, seborreicos y acneicos. Muy interesantes, asimismo, en lociones para el tratamiento de la alopecia seborreica o calvicie común.
En la segunda parte del post expondremos las enfermedades carenciales debidas al déficit de vitaminas.
Miguel Margalef Esteve
Ruth Margalef Kriesten, ruth.margalef@biogrundl.com
Equipo de Biogründl